La docencia y la investigación constituyen tareas propias del quehacer universitario interdependientes, teniendo en cuenta que los conocimientos que el docente trasmite a los estudiantes son el producto de una investigación propia o ajena. Por su parte, tanto la formación de nuevas capacidades como el progreso de la investigación son imprescindibles para el desarrollo de un país; constituyen parte del valor de la universidad, condicionando su vínculo con otros sectores públicos y privados. El artículo aborda el rol específico del docente respecto de la promoción de la investigación, sumado a otras reflexiones en el contexto de la sociedad del conocimiento.