En algunos proyectos viales, los ingenieros de carreteras se encuentran con la existencia de suelos con muy bajo poder soporte, los cuales son incapaces de soportar cargas sin sufrir grandes deformaciones. Las zonas de turberas y áreas pantanosas son las más propensas a sufrir este tipo de inconvenientes, conformadas por suelos de muy alta plasticidad y baja resistencia.
