Siempre he pensado que la inexistencia o la escasez de referencias, por parte de algunos historiadores actuales, - no de todos, por ventura – a la doctrina constitucional uruguaya y a las importantes aportes que muchos de los grandes juristas nacionales han hecho a la historia institucional y política de la República, constituye – cuestión distinta a la de las causas que la originan – un asunto grave que proyecta negativas consecuencias sobre el conocimiento, la enseñanza y, en definitiva, sobre toda nuestra cultura.